Friday 27 November 2009

I DOMINGO DEL ADVIENTO -C-


LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN LUCAS

21, 25-38.34-36


En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:


-- Habrá signos en el sol y la luna y las estrellas, y en la tierra angustia de las gentes, enloquecidas por el estruendo del mar y del oleaje. Los hombres quedarán sin aliento por el miedo y la ansiedad, ante lo que se le viene encima al mundo, pues los astros temblarán.


Entonces, verán al Hijo del Hombre venir en una nube, con gran poder y majestad. Cuando empiece a suceder esto, levantaos, alzad la cabeza; se acerca vuestra liberación.



Nota.


La liturgia del primer domingo del adviento, está marcada por la esperanza. Claro esta, envuelta en un lenguaje apocalíptico que puede asustarnos, pero tenemos que aprender a descubrir los signos de liberación que ella trae.


La invitación de Jesús a mantenernos en alerta: “levantáos, alzad la cabeza; se acerca vuestra liberación”. Debemos tomarla en serio, pues se dirige a todos y cada uno de nosotros.


Llega ese día donde muere un mundo viejo y nace uno nuevo. Donde todo es vida, desaparecen nuestras angustias, sufrimientos y tristezas. Dios nos prepara para una nueva humanidad.
Tenemos que guardar la esperanza, mantenernos en oración, no deseperearnos, conservar la calma, ser fuertes, hacer proyectos, creer en ellos.


La esperanza no es una quimera engañosa; por el contrario, nos permite escudriñar todas las posibilidades para el futuro del hombre, más aún, nos descubre las imposibles.
Quien cree en la esperanza, lucha para hacer de esta sociedad, la humanidad deseada por el Señor Jesús, aquí y ahora!

Friday 20 November 2009

JESUCRISTO, REY DEL UNIVERSO


DOMINGO XXIV DEL TIEMPO ORDINARIO -B-

Domingo 22 de noviembre del 2009



LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN JUAN

18, 33b– 37


En aquel tiempo, preguntó Pilatos a Jesús:
-- ¿Eres tú el rey de los judíos?
Jesús le contestó:


-- ¿Dices eso por tu cuenta o te lo han dicho otros de mí?
Pilatos replicó:


-- ¿Acaso yo soy judío? Tu gente y los sumos sacerdotes te han entregado a mí ¿Qué has hecho?
Jesús le contestó:
-- Mi reino no es de este mundo. Si me reino fuera de este mundo, mi guardia habría luchado para que no cayera en manos de los judíos. Pero mi reino no es de aquí.
Pilatos le dijo:
-- Conque, ¿tú eres rey?
Jesús le contestó:
-- Tú lo dices: Soy Rey. Yo para esto he nacido y por eso he venido al mundo; para ser testigo de la verdad. Todo el que es de la verdad, escucha mi voz.



Nota.


La solemnidad de Cristo Rey, es una fiesta instituida por el Papa Pio XI, el 11 de noviembre de 1925, y después del Vaticano II fue colocada el último domingo del Tiempo Ordinario, como final del año litúrgico, para expresar el sentido de consumación del plan de Dios que conlleva este título de Cristo por encima de malas interpretaciones político-religiosas. (Misal Romano del Vaticano II)

“Mi reino no es de este mundo” Jn 18,36
El primer contraste que debemos notar, en este pasaje del evangelio de San Juan, es aquél del encuentro de Jesús con Pilatos. Dos personalidades tan opuestas que entran en diálogo, un diálogo en el que Pilatos, representante del gran poder Romano termina reconociendo a Jesús como Rey; es el mundo a la inversa. Contraste sin precedentes, en el que San Juan nos presenta al hombre humillado por los ultrajes, despreciado por todos, pero Rey del Universo. Es un cambio radical de la historia.

En esta escena, recreada por muchos cuadros y pinturas conocidas; podemos ver cómo Jesús no quiere ser identificado con los poderes de este mundo: Diplomacia, dinero, armas, corrupción, violencia y poder. Sinónimo de los poderes de todas las épocas, la de Jesús y quizás aún más en esta, donde paradójicamente podríamos ser más humanos, sencillamente eso; más humanos!
El es Rey, Rey del amor y de la justicia, de misericordia, nos afirma San Juan en estas líneas.
¿Cuál es entonces, la realeza de Jesús?

Para entenderla, no podemos olvidar el pasaje de San Marcos 10,42-45:

“Jesús los llamó y les dijo: “como ustedes saben, los que se consideran jefes de las naciones actúan como dictadores, y los que ocupan cargos abusan de su autoridad.
Pero no serás así entre ustedes. Por el contrario, el que quiera ser el más importante entre ustedes, debe hacerse el servidor de todos. Sepan que el hijo del hombre no ha venido para ser servido, sino para servir y dar su vida como rescate por una muchedumbre.”

La realeza de Jesús es el servicio, dar la vida por los hermanos. Su poder es no tener poder, el poder de este mundo que somete a los hombres; nos insta Jesús con su actitud humilde frente a Pilatos: “Felices los pobres de corazón porque de ellos es el Reino de los Cielos”; nos recordaba la liturgia hace apenas unas semanas.

Cuando Jesús dice que “su reino no es de este mundo”; no significa que la Iglesia y todos los cristianos con ella; se desentienda de las preocupaciones de este mundo, sino que por el contrario; debe colocarse al servicio de todos los marginados, los que sufren, los que no tienen nada. Ellos son el rostro de Dios. Signo de la llegada del Reino de Dios a este mundo injusto.
La invitación es a comprometerse cada día más, en la construcción de este mundo, pero sin apegarse a él; pues tampoco es nuestro reino.

Amílcar Ferro B. mxy

Friday 13 November 2009

XXXIII DOMINGO ORDINARIO-B-


Domingo 15 de noviembre del 2009


LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN MARCOS

13, 24 – 32


En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:


-- En aquellos días, después de una gran tribulación, el sol se hará tinieblas, la luna no dará su resplandor, las estrellas caerán del cielo, los ejércitos celestes temblaran. Entonces verán venir al Hijo del Hombre sobre las nubes con gran poder y majestad; enviará a los ángeles para reunir a sus elegidos de los cuatro vientos del extremo de la tierra al extremo del cielo.


Aprended lo que os enseña la higuera: Cuando las ramas se ponen tiernas y brotan las yemas, sabéis que la primavera está cerca, a la puerta.


Os aseguro que no pasará esta generación antes que todo se cumpla. El cielo y la tierra pasarán, mis palabras no pasarán. El día y la hora nadie lo sabe, ni los ángeles del cielo ni el Hijo, solo el Padre.


Dice el Señor: tengo designios de paz y no de aflicción, me invocaréis y yo os escucharé, os congregaré sacándoos de los países y comarcas por donde os dispersé.





Nota.


“En aquellos días, después de una gran tribulación, el sol se hará tinieblas, la luna no dará su resplandor, las estrellas caerán del cielo, los ejércitos celestes temblaran”.
Mc 13,24-32

Estamos hablando del final de los tiempos, nada que temer entonces, pues en la mentalidad del primer siglo, afloraba el lenguaje apocalíptico. Este lenguaje tradicional es utilizado para anunciar la intervención de Dios en la historia y su victoria sobre las fuerzas del mal.


No podemos por lo tanto, leer de una manera fundamentalista estos textos, que tienen todo un mensaje de esperanza, característica de la literatura apocalíptica, contrariamente a lo que muchos pueden ver cuando leen por primera vez estos pasajes.

Esperanza, si, mucha esperanza, pues en la mentalidad del primer siglo los astros como la luna, el sol y las estrellas; eran las divinidades que gobernaban el universo. Hablar de un eclipse de sol o de la caída de las estrellas, era certificar el triunfo del Dios único, sobre todas las idolatrías paganas.


Conociendo este contexto de la época, podemos decir que lo importante en esta época actual, no es preocuparnos de cuándo llegará el fin del tiempo; lo más importante es saber, que el nuevo mundo depende de la Palabra, “…El cielo y la tierra pasarán, mis palabras no pasarán”.
Esta Palabra se vuelve divina y crea un mundo nuevo, es generadora de vida y esperanza, le da un sentido a nuestra existencia.

La preocupación del hombre moderno entonces, no debe ser cuándo se acaba la historia o llegará el fin del mundo, ya nos lo dijo Jesús: “… sólo el Padre lo sabe”. Aún más, Jesús no anunciaba el fin del mundo.


Aunque esta idea nos ronde a todos por la cabeza y nos produzca angustia; la preocupación mayor debe ser nuestra participación en ese nuevo mundo que ya comenzó, ya llegó, estamos en él.


El que quiere ser discípulo de Jesús, invitación permanente del evangelio de Marcos; a través de un acercamiento al maestro; debe anunciar de palabra y de obra; los efectos liberadores del evangelio, es decir; crear un sistema nuevo donde reine el amor y la justicia querido por Jesús; pero sin quedarse en el solo bienestar social, ya que el hombre de fe no puede perder su horizonte, la vida eterna. Este es el desafío para el creyente de hoy.



Saturday 7 November 2009

XXXII DOMINGO ORDINARIO -B-


Domingo 08 de noviembre del 2009


San Marcos

12,38-44


En aquel tiempo enseñaba Jesús a la multitud y les decía:
-- ¡Cuidado con los letrados! Les encanta pasearse con amplio ropaje y que les hagan reverencias en la plaza,

buscan los asientos de honor en las sinagogas y los primeros puestos en los banquetes; y devoran los bienes de las viudas con pretexto de largos rezos. Esos recibirán una sentencia más rigurosa.


Estando Jesús sentado enfrente del cepillo del templo, observaba a la gente que iba echando dinero: muchos ricos echaban en cantidad; se acercó una viuda pobre y echó dos reales. Llamando a sus discípulos les dijo:


-- Os aseguro que esa pobre viuda ha echado en el cepillo más que nadie. Porque los demás han echado de lo que les sobra, pero ésta, que pasa necesidad, ha echado todo lo que tenía para vivir.




Nota.


Empecemos diciendo que, en el contexto de Jesús, la viuda representa a los pobres más pobres; los desheredados de la tierra.


Aún en algunas culturas, por ejemplo, entre los Mafa del extremo norte del Camerún, África central, una mujer sin esposo y sin hijos, es la persona más desdichada sobre la tierra, no puede hablar en público y es considerada como una niña, no importa que tenga 80 años.


Más aún, la viuda no tiene lugar en la sociedad, sin herencia, sin sustento, sin hogar; por lo demás, sin fuerzas para trabajar. Es de verdad la representación de la pobreza.


Conozco muchas mujeres en el país Mafa, a quienes la “misión” era la única esperanza para sus vidas. También he podido experimentar su generosidad y desprendimiento, pues sin poseer nada, dan lo que tienen a su alcance; se entregan totalmente!


Dicen los expertos de la biblia, que en griego esta acción narrada por el evangelio de marcos, quiere decir: “Dar todo lo que tenía para vivir”; es decir en griego: holon ton bíon autés, «toda su vida»).
El origen semántico de esta frase nos sugiere una actitud más profunda, que un simple gesto de generosidad; es una actitud salida del corazón, motivada por una experiencia profunda de Dios, un abandono total al Señor.


Recordamos el gesto de la viuda de viuda de Sarepta en la primera lectura ( I Reyes 17,10-16 ), quien frente a la hambruna del profeta Elías, arriesga su vida para salvar la de aquel.


Entrega, abandono, donación total de los que experimentan a Dios, es lo que pide Jesús a todos los que quieren ser sus discípulos. Esta es la invitación para este domingo. ¿La aceptamos?


Amílcar Ferro B.mxy